Tuve un sueño: obscur lo llamo
Yo estaba en un camino,
no quería retenerme
no había algo que llegara
ni un llegar que esperase su llegada
no era yo quién espera
Pero alguien insiste en que ese yo vea
Presencia.
(Sábanas todas mojadas
camas otra vez cambiadas, dadas otra vez revueltas)
Esto no es el llegar
se dice
¿Será narciso, que está al caer?
¿O es un caerse, o son sus manos
que están dando
manotazos, Ahogado?
Me acordé de ese Oscar del Barco en la canoa que construyó juan L:
"la trampa es la presencia, no porque se interponga entre lo que ve y lo visto sino porque en lo visto impide la manifestación de lo abierto".
La visibilidad-la bruma.
Hay que ser muy libre para amar,
abandonar la soga, el Espejo.
Así,
la presencia se evapora
en mi sueño
Carece de interés, retoña
Retorno como farsa -tal vez.
Y, en lo abierto
nada puede evitar que el llegar venga
en el más allá
de la presencia-ausencia:
la doble aceptación del genitivo
(de la solve y sin ella -circulando)
de ello
y sin ello,
se impone otro deseo:
un retorno
en el que
nos reímos de narciso
en el allí del sí
lo que se abre es por fin una potencia
el amor imantado
en su inmanencia
Eros en el ellor de eros
(Sin presencias del pasado el presente,
después de todo sin marcadores
expresenciadores de lo que enturbia
orador con cicatrices
sin imágenes sin tiempo
sin espejos
sin dobles)
las aves han hecho de la revuelta
ResponderEliminarLos árboles han tomado parte en la guerra
los insectos
se declararon en huelga
[A la derecha?]
en una colonia distante
a vivir en un anciano, que no recuerdo su nombre, sólo una noche
recuerdo su nombre
pero
escribe
todavía y siempre, porque sus dedos
recordar que él es un poeta
/ Recuerdo que una mañana, yo lo quiero /
aunque
se ha ido
y no volverá, y no volver a
Voy a escribir más, y sin embargo, porque mis dedos
recuerde que lo amo