Ni por su puesto (en verso)


Salió del valle y vio azabaches;

fue al corral y vio un lodazal;

partió al granero y vio un extranjero;

entró a la casa y no vio las hilachas

fue al comedor y ya no vio el sopor

subió al agujero, por un sonajero,

trajo un cascabel para poner al cincel

labró las mentiras

y sacó

de las porquerías

bellas sinfonías

y de la tierra

cofres de piedras

que en sus adentros llevan ungüentos

ya sin lamentos

reía en el viento

otros encuentros y ricos pucheros

cociendo al caldero

con maravillas

y sin entreveros

abría al jardín la amplia pradera

eran muchas las plantas

con flores de hierbas

distintos verdes

y citronellas

y onix, los peces

y las estelas

doradas

de pepas

que en tintes bermejos

sacaban lo añejo

y en esa mañana

el aire de aurora abría en la hora

un ojo hacia el este

que dulces, canelas, azar, frutos secos

llenaban los cuencos

de ese silencio

que extenso en su estrella

era todo resto

un amplio respiro

respiro sin tiempo

no había conciencia

ni temor tempestades

no estar solo en el día

ni después ni antes

2 comentarios:

  1. Anónimo5.3.11

    Hacía tiempo que no leía tanta osadía para la alegría. ¡Hermoso poema que brinca!

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  2. el'c'm'28.2.12

    con el fin de silenciar
    a una estrella

    un días después de la inhalación:


    La primavera llega
    abre los ojos hacia el este
    y cualquier cosa que se rompe por debajo de la

    habla fuera del agua


    (Eso es todo, lo que quiero saber)

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